domingo, 29 de enero de 2012

Bovarismo o la mujer permanentemente insatisfecha






Bovarismo es la palabra que se utiliza para denominar una patología bastante más propia de la mujer, aunque bien podría contenerla un hombre. Consiste en una idealización de la realidad que produce frustración y ansiedad. El término lo introdujo a principios del S. XX el psicólogo francés Jules de Gaultier y hacía referencia a la novela de Gustave Flaubert “Madame Bovary”.



Cuando leí el significado y su relación psicológica con la mujer o el hombre, en un principio intenté analizar diferentes actitudes en las que mostramos dicha insatisfacción motivada por la idealización de una vida, de una persona, de un estado sensorial, etc. Pensé que habrá muchas personas que sufran esta patología crónica, pero también que, con seguridad, muchas mujeres la hemos padecido alguna vez.







En la obra de Flaubert se describe a la protagonista Emma Bovary como una mujer ambiciosa que, a través de los hombres con los que se relaciona, trata de conseguir un ideal de vida que, finalmente no consigue. Y viendo la personalidad de los varones de los que ella se enamora me pregunto ¿por qué nos empeñamos en enamorarnos de hombres que no pueden satisfacernos? ¿Acaso tenemos un punto de masoquismo?



Creo que este error se puede detectar desde un principio, pero al estar nubladas por el enamoramiento idílico, no lo detectamos.



Por otro lado es escritor peruano Mario Vargas Llosa, realizó un magnífico ensayo sobre la figura de Emma Bovary (La Orgía Perfecta) y me gustó mucho su forma de defenderla, aduciendo que ¿por qué una mujer no puede intentar realizar sus ilusiones? ¿Por qué nos está vedado ese amor idílico o esa vida maravillosa? Siempre se nos ha dicho que el príncipe azul no existe y a las mujeres que intentamos buscarlo, o lo hemos intentado alguna vez se nos ha juzgado como exigentes, poco realistas, enamoradizas empedernidas… en fin, que la sociedad no apoya el placer, lo bello, lo feliz, lo sublime…



Por tradición religiosa hemos venido a esta vida a sufrir, cosa con la que no estoy de acuerdo en absoluto, quizás si todo el mundo pudiera transformar la insatisfacción en esa satisfacción que nos llena…



Pero ¿cómo saber si una vez alcanzada no desearemos algo más y estaremos incurriendo en esa terrible frustración perenne?



No lo sé, esto son sólo pensamientos en voz alta… Hay que ver en lo que se entretiene una cuando está ociosa

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